El mercado de bonos corporativos de EEUU podría estar augurando problemas
Ayer mencioné que aunque el mercado espera que la Fed anuncie hoy una subida de las tasas de interés, las expectativas que se tienen respecto a la futura trayectoria de las subidas de tasas son mucho más modestas que los pronósticos de la propia Fed. De hecho, los pronósticos del mercado podrían estar descontando incluso la posibilidad de que la Fed tenga que dejar de subir tasas y comience de nuevo a rebajarlas, lanzando quizás un programa de facilitación cuantitativa “QE IV”.
¿Por qué podría estar pensando la gente tal cosa, cuando el hecho es que las estadísticas económicas de EEUU son bastante robustas? Ello se debe a lo que está sucediendo en el mercado de bonos corporativos de EEUU. Los precios de algunos bonos corporativos de EEUU se han desplomado recientemente, y varios grandes fondos de bonos han tenido que cerrar. Eso le recuerda a la gente de manera ominosa lo que sucedió en 2007, cuando el desplome del mercado de titulizaciones respaldadas por hipotecas (MBS) llevó luego de manera indirecta al gran derrumbe económico y bursátil de 2008.
Como puede verse a continuación, mientras que últimamente los bonos “grado inversión” se han mantenido bastante estables, el mercado de bonos “alta rentabilidad” viene desplomándose desde el pasado mes de mayo. La caída se ha acelerado recientemente.
En esta ocasión, aunque el temor pueda estar ahí, la realidad es muy diferente. Los bancos y las firmas de inversión tienen posiciones mucho más pequeñas en estos activos, por lo que incluso si esta ola de ventas fuera importante no debería tener las mismas implicaciones que la que tuvo aquella para el conjunto del sistema financiero. Sin embargo, también es cierto que nadie pudo prever entonces todas las vinculaciones y conexiones que atravesaban el sistema financiero: podría ser que esta ola de ventas tenga implicaciones que simplemente aún no somos capaces de anticipar. Por ejemplo, los descensos del precio en estos activos poco líquidos podrían forzar a los inversores a vender más activos líquidos, haciendo bajar fuertemente los precios de las acciones y perjudicando el sentimiento del consumidor.
Implicaciones para las divisas: demasiado pronto para decirlo, pero…
¿Cuáles serían las implicaciones de un evento así para las divisas? Por supuesto, es demasiado pronto para decirlo: no estamos aún en ese nivel de desastre. No obstante, los hechos probablemente ya están afectando a los mercados de divisas.
En primer lugar, los acontecimientos que están teniendo lugar en el mercado de los bonos energéticos son malas noticias para todas las divisas vinculadas con la energía, pero probablemente sean negativos sobre todo para el CAD. Se ha dado una estrecha correlación entre el movimiento en el mercado de bonos y el movimiento en el USD/CAD. Por supuesto, esto se debe en gran medida a que ambos están correlacionados a su vez con los precios del petróleo, pero por otro lado la explotación de las arenas petrolíferas canadienses es un proceso de alta tecnología, al igual que el crudo de esquistos bituminosos.
El deterioro de los mercados crediticios de EEUU también podría ser negativo para el USD, ya que ello incrementaría el riesgo en los mercados de EEUU y podría fomentar flujos de salida de capitales. En última instancia, un grave desplome en los mercados de crédito podría hacer que la Fed detuviera el proceso de normalización de las tasas de interés e incluso diera marcha atrás al mismo, lo que definitivamente sería negativo para el USD. Pero esto por ahora pertenece al reino de las conjeturas.
No hemos visto nada comparable en los mercados europeos de bonos, que en cualquier caso están sostenidos por el programa de facilitación cuantitativa del BCE. Por lo tanto, ahora mismo esto probablemente no supone un factor importante para el EUR; en todo caso podría resultar positivo para el EUR si fomentase flujos de entrada de capital en los mercados europeos.
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